Las imágenes de refugiados de camino a Alemania tras un largo y peligroso viaje, primero atravesando el Ego y luego los Balcanes, han dado la vuelta al mundo. La Comunidad de Sant'Egidio de Alemania trabaja para acoger a los recién llegados (mujeres, niños y hombres) que mayoritariamente huyen de zonas de guerra, como Siria e Iraq.
El mes de agosto, en Zellerau, un barrio de la ciudad de Würzburg, donde Sant'Egidio empezó hace más de treinta años su servicio a los pobres y donde hoy está presente con la Escuela de la Paz, la ayuda a los ancianos, el comedor para los sintecho y la escuela de alemán para emigrantes, las autoridades han montado una carpa para acoger a doscientos refugiados provenientes en gran parte de Siria. La Comunidad ha puesto en marcha repartos de alimentos y ropa. Ha acompañado a algunos sirios al médico. Desde el primer momento ha hecho cursos de lengua dentro del campo, en los que han participado también muchos ciudadanos alemanes que han ido a Sant'Egidio para ayudar a los refugiados.También han hecho excursiones para aliviar la situación de aquellos que viven en una tienda tras un viaje tan largo y difícil.
En las últimas semanas la Comunidad de Sant'Egidio de Múnich ha intensificado su presencia al lado de los refugiados que llegan a la estación de tren, punto de llegada de muchos, sobre todo sirios, iraquíes y afganos, que llegan a Alemania en trenes provenientes de Austria. Lo mismo sucede en Berlín, donde los Jóvenes por la Paz han ayudado en particular a los menores no acompañados, organizando con ellos fiestas y construyendo con ellos puentes de amistad. Se trata sobre todo de jóvenes eritreos, muchos de los cuales hoy participan en la oración de la Comunidad de Sant'Egidio. En Würzburg la Comunidad ha organizado una oración para recordar a los parientes de una familia eritrea que murieron en el desierto cuando intentaban llegar a Libia. Una oración que llega también a Innsbruck, en Austria, donde la Comunidad de Sant'Egidio junto al obispo dedica una vez al mes la oración a la paz y al recuerdo de los refugiados que desaparecen durante el viaje hacia la salvación.
En Bremen, donde en los últimos meses ha nacido una firme amistad con muchos jóvenes eritreos, la oración de la Comunidad se hace en alemán y en inglés para que puedan participar los numerosos "nuevos europeos". En muchas ciudades, los hijos de los refugiados han empezado a ir a las Escuelas de la Paz, mientras que los mayores han empezado a ayudar a otros pobres junto a Sant'Egidio. Algunos de ellos visitan a los ancianos alemanes de residencias, como pasa en Mönchengladbach, o ayudan en el comedor para los pobres de Würzburg y Mönchengladbach, donde incluso cocinan sus platos tradicionales que los residentes aprecian mucho.
|