Un mensaje de esperanza surge de los jóvenes de Europa Central y Oriental que durante estos días están en Auschwitz con la Comunidad de Sant'Egidio.
Ayer, en una emotiva ceremonia en el campo de exterminio de Auschwvitz-Birkenau, desfilaron en absoluto e impresionante silencio durante casi una hora delante de las lápidas que recuerdan a las víctimas de este "calvario” del siglo XX. Antes, ocho jóvenes habían depositado dos coronas de flores en representación de los países participantes en el 3er Encuentro Internacional de “Jóvenes europeos por un mundo sin violencia” organizado por la Comunidad de Sant’Egidio. Una corona en la lápida en memoria de las victimas judías y otra en memoria de las víctimas gitanas Rom y Sinti.
Fue el evento que culminó unas jornadas que han tenido lugar tras un largo itinerario de preparación. Por la mañana, la visita al museo del campo de concentración de Auschwitz puso a los jóvenes en contacto con la memoria de la vida cotidiana del campo y de los deportados.
Durante la tarde, todos juntos en el campo de exterminio, en procesión a través del arco de la infame torre de Auschwitz-Birkenau, partió la marcha acompañada por la música del Requiem por Auschwitz de Penderecki.
La marcha avanzó a través de los rieles que fueron la última estación para muchos convoyes de jóvenes y ancianos, niños y enfermos, mujeres y hombres que durante los años de la segunda guerra mundial, en vagones de ganado procedentes de toda Europa, cruzaron el continente para llegar a este campo de la muerte. A lo largo del mismo camino que recorrieron hace setenta años muchos de sus coetáneos, los jóvenes procedentes de Hungría, República Checa, Polonia, Eslovaquia, Rumania y Rusia reunidos en Auschwitz, pelegrinaron en memoria de las víctimas de la violencia y para construir un futuro diferente para Europa, un futuro de paz.
El impacto con el abismo del mal en Auschwitz plantea muchas preguntas, pero confrontándose con él ha surgido, como dice el llamamiento proclamado en ocho lenguas durante la ceremonia, “¡un nuevo horizonte de humanidad para nuestros países! ¡De aquí emerge un movimiento de corazones, que quiere contagiar a los jóvenes como nosotros, a ser mejores y hacer más humanos nuestros países en una Europa de paz!”