Un único pueblo formado por personas de diferentes religiones, edades y culturas se concentró en el centro de Barcelona para hacer un peregrinaje de la memoria para no olvidar la deportación de los judíos durante la ocupación nazi en Europa. Los participantes iluminaron la noche con las antorchas y las candelas para no bajar la guardia contra el antisemitismo y el racismo.
El día 10 de noviembre se cumplían 75 años de la llamada Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht). La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 se quemaron más de 300 sinagogas, principalmente en Alemania y Austria, se profanaron cementerios, se destruyeron comercios, se detuvieron entre veinticinco y treinta mil personas y se asesinaron más de 90. Se recuerda como el inicio de la deportación masiva de los judíos europeos a los campos de concentración y exterminio nazis.
La marcha silenciosa estaba presidida por una voluntad común: “NO HAY FUTURO SIN MEMORIA” y una vocación ciudadana de convivir juntos gente diversa. Durante el recorrido por las calles del centro histórico se atravesó el antiguo barrio judío (Call). En el verano de 1391 el Call de Barcelona fue destruido y muchos judíos fueron asesinados. Volver al centro de la ciudad por estas calles, en sentido contrario al que siguieron los que huían de las persecuciones, es como restituir aquello que el mal se llevó: devolver a las personas a las cases en las que vivieron.
Al final de la marcha, en la Plaza san Just se escuchó el testimonio de un superviviente de la persecución judía en Europa, Jaume Vandor. Explicó, paso a paso, como fue creciendo la discriminación y la persecución a los judíos hasta llegar a la “solución final”. El escritor Vicenç Villatoro invitó a no dejarse engañar por la “banalidad del mal” y cortar desde el inicio con el bien las raíces del odio o la discriminación. Jorge Burdman, representante de la Comunidad Israelita de Barcelona agradeció a la Comunidad de Sant’Egidio su fidelidad a la memoria y la amistad entre personas de diferentes religiones y cultures: premisa para la convivencia. Finalmente el Vice-alcalde de Barcelona, Joaquim Forn, subrayó la importancia de la memoria para construir una sociedad en paz.
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