“Gracias por todo vuestro cariño”. Este año John Allen, encerrado en el corredor de la muerte desde hace 12 años, ha vivido su aniversario con una gran alegría. Ha recibido numerosas tarjetas de felicitación de los ancianos. “Me rompe el corazón pensar que el año pasado olvidé de felicitar a Juan por su cumpleaños. Este año quiero que todos me ayudéis para felicitarle”.
Estas palabras de María Asunción, una anciana sevillana de 96 años que se escribe con John, conmovieron y pusieron en movimiento a los ancianos que la escuchaban. No se hizo esperar la solidaridad y la simpatía. María Asunción ha trabajado desde 1976 para la abolición de la pena de muerte y para que la Constitución española no incluyera la pena capital. Hace unos años busco a la Comunidad de Sant’Egidio para unir fuerzas en esta lucha. “Siempre he luchado teóricamente contra la pena de muerte pero quiero hacer algo concreto ¿Cómo puedo ayudar?” se preguntaba. Desde entonces empezó una relación epistolar con John, que ha adoptado como uno más de su familia.
Los ancianos de Sant’Egidio trabajan y rezan para la abolición de la pena de muerte. Se han alegrado al escuchar al Papa Francisco en el congreso de los Estados Unidos indicando su compromiso de “trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte”. María Asunción desde hace muchos años ha pedido y ha argumentando la necesidad que el Catecismo de la Iglesia Católica exprese de manera clara e inequívoca la abolición de la pena de muerte. El Papa Francisco le ha contestado: “Gracias por su carta y le agradezco el testimonio de su lucha contra la pena de muerte. Tomo en cuenta lo que me dice sobre el Catecismo y pediré que se estudie el cambio”.
|