Tal como pasó en 2015, también este año Pakistán se ve afectado por oleadas de fuerte calor. Esta semana en Faisalabad, en la región del Punyab, las temperaturas han alcanzado los 47 grados, amenazando así la vida de los más débiles, especialmente los ancianos y los niños.
La Comunidad de Sant'Egidio ha empezado a hacer frente a la que es una verdadera emergencia: en Faisalabad llevan bebida fresca a los ancianos, como Baba Sharif, de 90 años (en la foto de la derecha), y hacen Escuela de la Paz con los niños de los barrios de chabolas en una sala con ventiladores y con helados.
El calor ha llegado también al sur del país: en Karachi Sant'Egidio visita a los ancianos que viven por la calle y gracias a la ayuda de algunos médicos voluntarios sigue el estado de salud de los más débiles con visitas médicas al aire libre, para evitar que se repita la tragedia del año pasado, cuando solo en Karachi el calor mató a más de 120 personas, sobre todo ancianas.
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