A menudo se les llama "brujos", les consideran espíritus malvados y los acusan de robar la vida de los jóvenes para alargar la suya, y por eso son abandonados, expulsados y maltratados. Son muchos los ancianos en África que cada día viven un estigma alimentado por estereotipos y creencias populares que los consideran enemigos de la vida y fuente de todo mal. Desde siempre Sant'Egidio trabaja para construir y difundir una cultura de acoger, de amistad entre generaciones distintas, de proteger a los ancianos y a los más débiles. Es una "revolución cultural" que llega a varios países, entre los que está la República Democrática del Congo, y que empieza con los más jóvenes.
Por eso estos días los estudiantes de varias escuelas y universidades de Bukavu han decidido sumarse al movimiento de los Jóvenes por la Paz de la Comunidad de Sant'Egidio, y se han comprometido a defender a los ancianos, a luchar contra todo tipo de estereotipo y de prejuicio, para crear una alianza entre jóvenes y ancianos. Un cambio cultural que es fruto de vivir aquellas tres "P" de las que habló el papa Francisco cuando visitó Sant'Egidio el pasado 15 de junio: oración, pobres y paz. Han empezado así unos ciclos de encuentros, conferencias, fiestas, oraciones y manifestaciones que son una idea de los Jóvenes por la Paz para hablar a la sociedad, en defensa de los ancianos y contra toda forma de violencia y de exclusión.
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