Desde hace algunos años la Comunidad de Pécs, en Hungría, está junto a los ancianos que viven en residencias, a los que visitan cada semana. Hay 4 residencias donde jóvenes universitarios y de institutos cada semana van a encontrar a unos 200 de sus amigos, además de los otros ancianos a los que visitan en sus casas. Su situación es complicada: la crisis económica que afecta también a Hungría es aún más dura para los pobres y para los ancianos solos. En la residencia se ahorra en todo, hasta en la comida y en los medicamentos. Cada vez que los amigos de la Comunidad visitan a los ancianos es siempre una ocasión de fiesta con pasteles: ¡hay muchos cumpleaños por celebrar! Y la visita crea siempre un clima de alegría y amistad, da vida, esperanza y hace siempre milagros, como pasó con Marika en la residencia Xaver.
Marika llegó a la residencia en septiembre de 2013, tenía muchos dolores y no hablaba; poco a poco, con la amistad, su dolor empezó a desaparecer y junto con la Comunidad volvió a rezar y a tener esperanza. Recuperó el contacto con su familia, que había dejado de visitarla. El día de Navidad su nieta fue a buscarla y la invitó a su casa para la comida. Y finalmente, hace unos días, Marika volvió definitivamente a casa con su familia, que hoy se ha ampliado. Los nietos son muchos más: ¡los jóvenes de la Comunidad que nunca la abandonarán!. |