La frontera entre Ceuta y Tánger es un lugar de dolor para muchos emigrantes que intentan llegar a Europa en busca de un futuro mejor. Una delegación española de la Comunidad de Sant’Egidio fue a la zona de Tánger, en Marruecos y a lo largo de la barrera que rodea Ceuta, territorio español en la costa africana, para conocer de cerca la situación en la que se encuentran muchos inmigrantes que esperan llegar a Europa.
“Explicad lo que sufrimos y las heridas que tenemos cuando llegamos aquí después de largos viajes por el desierto, donde muchos mueren", dijo Eliose, que salió de Costa de Marfil hace tres años y actualmente está retenida en el CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes) de Ceuta, pero que todavía espera poder llegar a Europa. Sueña poder estudiar derecho para ayudar a sus amigos africanos que llegan a Europa. Los inmigrantes tienen muchas ganas de hablar con la población local, pero no siempre es fácil o posible, a menudo viven como separados por un abismo. En el CETI de Ceuta, una ciudad de 80.000 habitantes con un 50% de musulmanes, viven 513 inmigrantes subsaharianos..
Algunos de los inmigrantes que todavía no han logrado llegar a España viven en el bosque cerca de la frontera de Ceuta y Melilla, en pésimas condiciones, protegidos únicamente por algunos plásticos y algunas mantas. Por la carretera principal que lleva a Ceuta se ven a algunos inmigrantes que piden limosna, algo de comida, y fácilmente se les ve volver hacia el bosque en busca de un cobijo. Otros inmigrantes viven en las periferias de las ciudades situadas cerca de la frontera, como en el barrio tangerí de Bujalef. Todos esperan la ocasión para poder llegar a Europa incluso arriesgando su vida, intentando saltar la valla que hay en la frontera de Ceuta o intentando llegar a territorio español a bordo de precarias embarcaciones.
El pasado 6 de febrero 15 jóvenes africanos murieron mientras intentaban entrar nadando a España a través de la frontera de Ceuta. Muchos de ellos están enterrados en el cementerio de Tánger: jóvenes cuyo nombre se desconoce y que murieron mientras intentaban llegar a España a bordo de pateras. Son tumbas pobres, y en lugar de un nombre, tienen un número. En el cementerio quisimos recordarles a ellos y a muchos otros que se han ahogado en el Mediterráneo: nadie debe caer en el olvido y nadie debe morir en esas condiciones.. |